Una vez leí que existía una forma "sencilla" de evitar dañarte con una navaja. Había una chica que recomendaba pintar mariposas por todo tu cuerpo, así, si algún día tenías ganas de cortarte de nuevo, ibas a evitar hacerlo para no dañar a las frágiles mariposas...

Por la noche, cuando al fin logro estabilizarme de nuevo, noto decenas de cadáveres alados en el suelo de mi habitación.